lunes, 9 de abril de 2007


No deja de sorprenderme cómo nuestro cerebro se las apaña para esconder en un recoveco inhóspito lo que nos hace daño, lo que creemos que no es correcto, lo que nos avergüenza. Cuando resulta que todo eso es precisamente lo que realmente somos y caemos en la cuenta de ello, se ha de rescatar ese baúl que nos contiene, pero está tan enterrado en prejuicios, miedos e incomprensión que hay que escarbar hasta dejarse las uñas para sacarlo a la luz. Yo ya lo desenterré y poco a poco saco fuera todo su contenido, porque es como el bolso de Mary Poppins, donde cabe más de lo que parece.
Tras años de terapia psicológica y necesidad de encontrar, de encontrarme, he sido capaz de echar vista atrás, de recavar en mi pasado, de darme cuenta, como si leyese una novela al revés, que tengo conciencia de ser mujer mucho antes de lo que yo creía, que mi infancia estuvo llena de enfermedades inventadas porque no sabía como expresar lo que me roía por dentro, que mi adolescencia fue una inopia donde fugazmente dejaba ver quién era, y que ahora, como adulta cerca de la treintena, mis ruedas empiezan a colocarse en sus raíles.

Últimamente me miro más en el espejo, y empieza a gustarme lo que veo.

3 comentarios:

  1. *-* que bonita frase final

    por cierto >_< me encanta el dibujo

    *-* más por favor *-*


    saludos

    ResponderEliminar
  2. :)

    La tira parece una auténtica historia de amor con final feliz, el hecho de que sea amor hacia sí mismo me ha parecido estupendo, ya que a menudo parece que se nos inculque el autodesprecio.

    Da la sensación de que cuando somos pequeños nos intentan convencer de que había una única manera correcta de hacer las cosas, y cuando uno crece, y se da cuenta de que hay alternativas da la sensación de que hemos perdido una gran cantidad de tiempo por el camino. Por otra parte, yo creo que precisamente el haber tenido que pelear para darnos cuenta de lo que queremos, hace que una vez lo alcanzamos no nos flaqueen las fuerzas y no demos marcha atrás.

    ResponderEliminar
  3. Nunca es tarde si la dicha es buena. Ahora toca mirar hacia adelante y a ser posible con una sonrisa. Un beso

    ResponderEliminar