domingo, 31 de diciembre de 2006

AÑO NUEVO, VIDA CONTÍNUA.

Es hábito en estas últimas horas del año el hacer balance. Como mi cabecita es tan librepensadora que va por cuenta propia, no se detiene en este año sino que va aún más atrás, insatisfecha con lo corto que le han parecido estos 365 días. Y es que con la entrada del nuevo siglo y milenio, todo empezó a convertirse en un caos para mí. Un caos necesario, aunque no por ello menos doloroso. Cuando tu mundo es tan estable como una construcción de fichas de dominó, suele pasar eso.

Según una gran amiga he sido cobarde, huidiza y asustona. Es cierto. Y sigo siéndolo, sólo que el miedo y las ganas de huir cada vez me duran menos. Se reducen a momentos de pánico, de “¡¿Qué estoy haciendo?!” y preguntas cuyas respuestas ya conozco.

En cierta medida sé lo que me puede deparar el 2007, pero de intuición a la certeza hay un mundo. Estos últimos meses del 2006 han sido un punto y seguido en mi vida. Tenía pensado empezar con la hormonación en el nuevo año, pero me dije que cualquier día es bueno para cumplir deseos, para quitar el freno y avanzar. Ya llevo mes y medio y empiezo a notar algunos efectos, cosa que me llena de alegría y nerviosismo. Esta noche me iré de fiesta, con la certeza de que será mi último año oculta.

Así que ¿Qué será de mí este nuevo año? Ya se verá. Lo que sí sé es que será el primer año de Aniel, creciendo poco a poco.

Espero que tod@s aquell@s que leéis estas palabras y l@s que no, veáis vuestros deseos cumplidos. Recordad que los deseos y los sueños a veces requieren de un empujón.

Feliz año nuevo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario